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Entrevista a David Soldevila
18/03/2021
David Soldevila es arquitecto del estudio Soldevila Soldevila Soldevila Arquitectes. Está detrás de proyectos como El Celler de les Aus, una bodega construida a partir de contenedores de puerto y materiales de construcción reciclados integrada perfectamente en el entorno.
Vuestro estudio Soldevila Soldevila Soldevila Arquitectes ha realizado muchos proyectos que van desde obras públicas hasta infraestructuras utilizando criterios de eco-diseño y sostenibilidad ¿Cuáles son las estrategias concretas que utilizáis durante todo el proceso?
Seguramente la respuesta políticamente correcta sería la de responder a los criterios establecidos por los distintos estudios de sostenibilidad y eco-diseño, con las distintas versiones como Leed, Passivhaus, Verde, entre otras. Pero lo que es importante para nosotros es ser valedores de la viabilidad de la propuesta consiguiendo el máximo con los recursos disponibles. Esto tiene más que ver con el sentido común, en muchos casos trasladado a los parámetros de sostenibilidad de los estándares actuales. En ser capaz de ofrecer el máximo con lo mínimo necesario. En ser capaz de crear espacios con las máximas cualidades habitables, pero a la vez Perfectibles, Mejorables, Adaptables, y, en algunos casos, totalmente reversibles a origen. Estos son los principios básicos que nos guían en la toma de decisiones, que por descontado se basan en la utilización de materiales sostenibles, con baja huella ecológica. Pero también entendemos que los edificios poseen distintas escalas de aproximación a la sostenibilidad. Por ejemplo los edificios de viviendas: no por construirse íntegramente en madera son mucho mejores que un edificio construido con una estructura de hormigón.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad, el edificio puede abordarse desde tres escalas. En primer lugar, el edificio se entiende como una superestructura para alojar a las personas, capaz de aguantar 300 años y con un sinfín de adaptaciones a nivel espacial. En segundo término, la envolvente es otro elemento a tratar con diferentes parámetros de sostenibilidad, especialmente la fachada y la cubierta. La utilización de ladrillo parece cada vez menos recomendable porque en una visual larga de la vida útil del edificio es probable que tengamos que asumir la capacidad de su adaptación para futuras mejoras. Por lo tanto, la elección de materiales con una capacidad de transformación mucho mejor que el ladrillo creemos que es imprescindible, sobre todo para que la adaptación y transformación del edificio no sea traumática a nivel constructivo, sino más cercana al montaje y desmontaje de piezas de un coche, para mantener y mejorar sus prestaciones. Finalmente, la escala doméstica, que se adapta y reforma continuamente. Es altamente frecuente que cada nuevo habitante/es transforme cocina, baños, y en muchos casos el número de espacios habitables. Aquí es donde tenemos que ser más didácticos de cara al usuario final, mostrándole los materiales más naturales, sostenibles y dúctiles para que las futuras adaptaciones no empeoren el edificio.
¿En qué punto se encuentra la arquitectura sostenible en España? ¿Creéis que el sector de la arquitectura está suficientemente concienciado?
Creo que a nivel profesional cada vez estamos más concienciados y, por tanto, en la medida que podemos vamos avanzando. Seguramente el problema está más en la promoción. En cualquier caso, es nuestro deber como arquitectos intentar concienciar a nuestros promotores para que sean más conscientes de su responsabilidad. Promotores hay muchos y muy distintos. En un primer nivel están las multinacionales con altas exigencias de resultados de nivel Leed Platinum, etc. Perseguir esta cota de sostenibilidad es muy loable pero, en mi opinión, las grandes intervenciones en las que se aplican están fuera de escala y no tienen sentido desde el punto de vista de la sostenibilidad. Las administraciones cada vez exigen más porque las directrices europeas así lo demandan, pero no dotan a las promociones de suficientes recursos para ser lo que deberían ser: más que ejemplares. Seguramente esto pasa porque no acaban de entender y creerse lo que representa el deber de ser sostenibles. Luego están los promotores privados. Para la mayoría de ellos la construcción es un medio de vida, y detrás no hay una responsabilidad social o sobre el planeta. Lo que creo que no ven es que una apuesta de responsabilidad social y ambiental les daría aun un retorno económico superior.
De todos los proyectos que habéis llevado a cabo, ¿Cuál ha sido el que consideráis mejor a nivel medioambiental?
Como pasa con la mayoría de proyectos, uno siempre se queda con que aún lo podría mejorar, y es un arma de doble motivación para hacer el siguiente aún mejor. En un proyecto consigues que un concepto sea capaz de ir más allá en un aspecto concreto, por ejemplo en el tema medioambiental. En otro consigues ir más allá en otro aspecto, y al final vas ampliando capacidades para avanzar y llegar más lejos.
Uno de los proyectos que más explicamos a nivel ambiental son las cavas experimentales “El Celler de les Aus”, para Alta Alella en el municipio de Alella (Barcelona). Se nos propuso hacer una cava muy pequeña para la fabricación de vinos experimentales, con la incertidumbre de que si salían mal las cosas se tendría que desmontar. Nuestro planteamiento fue crear un entorno propicio para la fabricación de vino y cava en la misma viña. Un movimiento de tierras en forma de trinchera y la colocación de unas telas agrícolas generan un entorno de trabajo sombrío. Bajo las telas, unos contenedores frigoríficos se encargan de alojar tanto los espacios de trabajo como el espacio de almacenaje. Todos los elementos usados, incluso la cimentación, son prefabricados que pueden reutilizarse. A veces la cuestión no es usar materiales con muy baja huella ecológica, sino entender que hay estrategias que pueden ir aún más allá.
¿Qué papel juega el ciclo de vida de los materiales en una construcción sostenible?
El ciclo de vida es importante. Hay que entender que somos responsables de la huella que dejen nuestros edificios. Por lo tanto, la elección de materiales con un ciclo de vida controlado y cerrado es imprescindible. La construcción de edificios debe tener la mínima huella extractiva para nuestro planeta. Materiales como la madera pasaran por delante de otros que hemos estando usando de forma más común y masiva, al ser un material de huella negativa y capaz de encapsular CO2. En el momento de escoger un material hay que mirar en base a qué elementos se fabrica y decantarse por aquellos que tienen una posibilidad de reciclaje completo (recuperando al máximo sus cualidades) frente a aquellos infrarreciclables.
¿Cómo se consigue que la construcción de proyectos en zonas naturales sea respetuosa con el medioambiente y se integre en el entorno que los rodea?
Lo primero que uno tiene que tener en cuenta cuando se inserta en un medio natural es la facilidad y capacidad de desmontaje y devolver el trozo de entrono construido a origen. En segundo lugar, es importante dar prioridad al uso de materiales lo más naturales posible. Es esencial que el edificio, el espacio arquitectónico, sea capaz de sintonizar y ensalzar el lugar para mejorarlo. No sirve de nada que un edificio esté perfectamente construido, con los materiales más ecológicos y sostenibles posibles, si es incapaz de sintonizar, explicar y mejorar el entorno donde se construye. En definitiva, la finalidad de la arquitectura es crear espacios habitables. El cómo y con qué materiales se construye debe responder siempre a su esencia primigenia.
¿Qué soluciones naturales de drenaje de agua existen? ¿En qué punto es necesario la instalación de soluciones técnicas?
Una cosa que tenemos clara es que uno siempre se fija en la naturaleza para poder ir más allá. Las soluciones técnicas, sobre todo hablando de construcción y arquitectura, nos tienen que ayudar a volver a ella. La arquitectura nos aleja de la naturaleza para protegernos de sus inclemencias, pero a su vez las técnicas que desarrolla nos intentan acercar a ella para aprovechar todos sus beneficios y disfrutar de sus virtudes. Todas las técnicas que han ido apareciendo son sobre todo para mantenernos protegidos a la vez que nos acercamos de nuevo a ella.
No debemos de perder esta referencia. La naturaleza debe de ser el faro que nos oriente para mejorar nuestra técnica. Hablando de drenajes y permeabilidad, es esencial que cualquier ocupación de terreno natural no interfiera en el drenaje y permeabilidad de la superficie terrestre, y es importante y necesario disponer de sistemas de drenaje, recogida y conducción de aguas. Tal vez lo más importante sería evolucionar una técnica que nos permita ser capaces de construir superficies continuas pero igual de permeables que su terreno original, a la vez que mejoramos su resistencia mecánica. Lo mismo debería de pasar con los edificios, en los que ya somos capaces de impermeabilizar la envolvente que es traspirable. Con la tierra tenemos que hacer lo mismo y evitar impermeabilizar la superficie terrestre con nuestras ciudades.