Al impermeabilizar las cubiertas de edificios y pavimentos de las zonas urbanas, la penetración natural del agua de lluvia al subsuelo se ha reducido notablemente. Una solución que permitiría aprovechar las aguas pluviales para usos no potables como el riego o la limpieza pasaría por recoger, almacenar y canalizar estos recursos hídricos. Esto es lo que propone el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, que calcula que el 90% de las aguas pluviales recogidas en cubiertas y fachadas podrían ser aprovechadas, reduciendo así el uso de agua potable.

Uno de los ejemplos de esta aplicación se encuentra en la urbanización residencial Sotavento, ubicada en la ciudad de Barranquilla (Colombia). Con la finalidad de recoger las aguas procedentes de fachadas, plazas, cubiertas y aparcamientos, se han instalado diferentes sistemas de drenaje como canales o imbornales que son capaces de conducirlas a dos separadores de hidrocarburos Oleopass de ACO, capaces de tratar 100 l/s.

Posteriormente, el agua gestionada se almacena en tanques de tormenta ACO Stormbrixx que, enterrados en el subsuelo, cuentan con una capacidad de almacenaje de hasta 1500 m3. Esta agua podrá reutilizarse posteriormente para regar y para limpiar las instalaciones comunes del complejo residencial, o bien liberarse al sistema de alcantarillado general mediante una cámara de bombeo. Este proceso se realiza gradualmente con el objetivo de evitar el colapso de la red general ante una situación de fuertes lluvias.

Con este tipo de medidas, se busca contribuir en la reducción de hasta un 60% de los costes destinados a recursos hídricos para usos no potables, como el riego o el mantenimiento de zonas verdes y plazas urbanas. Este tipo de medidas para la reutilización del agua ya se están aplicando en otros países y regiones con un especial interés en reducir el consumo de agua potable y el llamado estrés hídrico a corto plazo.