Reciclaje de aguas grises en un edificio de 25 viviendas, Vilanova i la Geltrú, Barcelona
03/07/2024Se calcula que cerca del 50% del agua que utilizamos en nuestros hogares no es imprescindible que sea potable. Paralelamente, las aguas grises que se generan al ducharnos o al lavarnos las manos contienen una baja carga contaminante, por lo que su tratamiento y reciclaje pueden asegurar tanto su uso posterior como el ahorro de agua potable.
La Península Ibérica es una de las regiones europeas que más afectadas se ven por los episodios de sequía extrema, sobre todo en áreas como el litoral catalán, donde la media de precipitación anual es inferior a los 700 mm. Ante este desafío climático, España todavía no ha implantado una legislación que obligue a ahorrar el agua potable mediante el reciclaje de aguas grises. Sin embargo, un centenar de municipios catalanes cuentan ya con ordenanzas en materia de ahorro de agua potable a partir del uso de diferentes equipos y sistemas.
Desde los años 2000, la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú cuenta con una ordenanza municipal sobre el reciclaje de agua potable que se aplica a todo tipo de edificios (tanto obra nueva como rehabilitación integral) en los que se prevea el uso de agua en su interior. En concreto, se regula la instalación de sistemas de reutilización de aguas grises en los casos de edificios de viviendas que alberguen ocho o más domicilios.
Por esta razón, en la planta subterránea de este edificio de 25 viviendas se instaló la estación de reciclaje GREM 2500 VS de ACO Remosa, un sistema vertical formado por dos equipos capaces de regenerar 2.500 litros diarios y con una capacidad máxima de filtración de hasta 6.000 litros. En el caso de esta instalación, las aguas producidas en duchas y bañeras se tratan con el objetivo de rellenar cisternas de inodoros.
GREM es un equipo compacto que alberga en su interior todas las fases del proceso de reciclaje de aguas grises, desde el desbaste hasta su acumulación. En la primera fase de desbaste, un filtro retira los sólidos que llegan al sistema, así como cabellos y otros elementos que pueden dañar el sistema. A continuación, se produce la oxidación biológica en un reactor que descompone la materia orgánica gracias a la aportación de aire y a la generación de microorganismos aerobios. En la siguiente fase, se consigue la separación sólido-líquido mediante el empleo de una tecnología de membranas. Para retener bacterias y virus, se utiliza un sistema de succión que ejerce una presión de vacío en las membranas del filtro. Finalmente, el agua tratada es clorada mediante la dosificación de hipoclorito sódico para conservar las propiedades sanitarias del efluente. Posteriormente, el agua tratada se almacena en un compartimento de acumulación y se bombea al punto de aplicación a partir de un grupo de presión.
Las estaciones de reciclaje GREM pertenecen a la fase Reuse del ACO WaterCycle. En esta última etapa del ciclo del agua se incluyen aquellos sistemas que permiten bombear, conducir y reutilizar el agua previamente recolectada, tratada y controlada a partir de circuitos planificados para su reutilización.