Los propietarios del Hotel Balneario Termes Victòria de Caldes de Montbui (Barcelona) querían crear un nuevo espacio de agua termal en el sótano del edificio. Siendo un proyecto complejo a nivel estructural, encargaron a la arquitecta María Almirall, del estudio Arquetipus, adentrarse en los recintos creados hace unos 250 años bajo el hotel y utilizados históricamente por los depósitos originales de reserva de agua termal y de agua termal enfriada, para convertirlos en un espacio para un uso curativo y de bienestar.

El estudio de arquitectura se encontró con un proyecto condicionado por la arquitectura preexistente. Los muros de la planta sótano son realmente los cimientos de un edificio de planta baja y tres plantas piso sobre los que se tenía que intervenir estructuralmente estando el edificio en pleno uso. Pero, además, el proyecto estaba condicionado por la existencia de un gran torrente que recoge el agua de buena parte del municipio. Por esta razón, se tuvo que trasladar el recorrido del agua termal hacia los nuevos depósitos y la nueva instalación para alimentar las nuevas piscinas, así como replantear las cotas de las piscinas más grandes que se sostenían encima de esta corriente. Adicionalmente, se reordenaron, se desplazaron y se anularon algunas de las instalaciones que daban servicio al hotel-balneario.

El resultado es Espai Cel, un lugar situado en la galería de baños tradicional y junto a los antiguos depósitos donde se han situado diferentes piscinas, cada una con alguna característica diferente de la otra, pero todas ellas creadas con el propósito de relajarse y disfrutar de las propiedades mineromedicinales del agua termal milenaria.

Diseño cuidado y estrictamente neutral

Desde el principio, la voluntad de la arquitecta responsable del proyecto fue que la intervención fuera muy cuidadosa y lo más neutral posible para conservar la huella de las diferentes épocas históricas que ha vivido el espacio. La piedra blanca que cubre la mayor parte de las superficies trae al cliente el recuerdo de las bañeras, todavía hoy en uso, del balneario clásico. El depósito original de piedra tiene un gran protagonismo, y los muros revestidos conservan las marcas de agua originales. Sin embargo, se han introducido y aplicado con claridad materiales más modernos que mantienen la neutralidad del diseño y la estética natural del conjunto. El proyecto planteaba la necesidad de la recogida general de aguas que caen tras la salida de los usuarios de las piscinas, así como para la limpieza general de las superficies de tierra y de las duchas. El sistema seleccionado para la evacuación y drenaje de las aguas tenía que dar continuidad al diseño “neutral” que se buscaba en todo el proyecto, por lo que se escogió un elemento lineal prácticamente imperceptible a la vista del usuario: los canales de drenaje ACO Self con rejillas Brickslot, idóneas para la recogida de aguas superficiales mientras que arquitectónicamente resultan invisible, ya que se mimetiza totalmente con el pavimento.

Duchas y vestidores de obra

Además de las piscinas, el nuevo espacio Espai Cel está equipado con duchas que pueden utilizarse tanto para el uso previo de las instalaciones termales como para el aseo posterior de los usuarios. Según el tipo de ducha, se ha optado por una solución de evacuación de aguas. Por ejemplo, para las duchas de uso individual con pavimento cerámico y realizadas en obra, se han instalado sumideros sifónicos en acero inoxidable ACO Select con rejilla ranurada. Este tipo de desagüe cuenta con un sifón integrado con un caudal de 0,9 l/s y una retención de 50 mm de altura de agua, según normativa EN-1253.  Para las duchas con pavimento continuo, se ha optado por canales de ducha a medida ACO Classic con rejilla ranurada en acero inoxidable que, al no tener tramas ni detalles, es una opción idónea para pies descalzos. En las duchas próximas a las piscinas, se ha preferido utilizar la misma solución invisible que en el resto del área de baño lúdico.